Adormidera.

Pecado. Del latín peccatum. La transgresión voluntaria del precepto tenido por bueno.

¿Hasta qué punto llega lo que es tenido por bueno? ¿Y quién decide qué es lo bueno? Preguntas sin respuesta, y, además, demasiado típicas. No obstante, es curioso el perfil de quien las formula. Es siempre el mismo. ¿Discusión? ¿Hay alguien que se pare a discutir con un recién nacido? No. Porque no sabe hablar. Ahí la respuesta. Gran mujer la que me hizo entender que si yo fuera como los que se permiten responder tan rápidamente a esas preguntas, probablemente actuaría igual, que diera gracias por no serlo y que no perdiera el tiempo discutiendo, porque no merece la pena. Esto no dejan de ser palabras juntas que forman frases, esto es algo que había escuchado mil veces, pero esto es algo que por fin he entendido. Por fin. Cada uno sabe lo que lleva dentro y lo que lleva detrás.

La parte baja del cielo se convierte en el inicio. Una especie de despertar. Es esperanzador observar esa luz. No obstante, nostálgico. Cuando todo lo que es bello se observa en soledad se hace nostálgico. Lo bello es bello porque al presenciarlo uno siente la necesidad de compartirlo. La belleza es eso: la unión de dos opiniones que coinciden en el amor hacia algo. La belleza también existe en soledad, pero únicamente en la creencia de que existe alguien que compartiría el pensamiento. En la ilusión de que alguien sentiría lo mismo. O, al menos, lo comprendería.

A veces tengo miedo... a veces pienso que todo ha sido un sueño... a veces pienso que todo ha sido una macabra obra de Morfeo y que es algo que nunca ha tenido existencia en la realidad...